
La accesibilidad financiera se ha convertido en un pilar esencial en la actualidad. Esto debido a que la digitalización avanza a pasos agigantados transformando profundamente la manera en que interactuamos con los productos y servicios de la banca.
Las aplicaciones móviles y plataformas web se han convertido en el canal principal para realizar operaciones bancarias cotidianas: desde consultar el saldo, hasta solicitar un crédito, invertir o contratar seguros.
En este contexto, la accesibilidad financiera emerge no solo como una obligación legal inminente, sino como una necesidad ética, social y empresarial.
Con la entrada en vigor de la European Accessibility Act (EAA) —Directiva de la Unión Europea 2019/882—, las entidades financieras y bancarias están obligadas a garantizar la accesibilidad de sus productos y servicios a todas las personas, independientemente de sus capacidades.
No se trata únicamente de cumplir una normativa: se trata de eliminar barreras, de construir un ecosistema digital más justo y de garantizar que absolutamente nadie quede fuera del sistema financiero por motivos de discapacidad o edad.
La accesibilidad financiera se refiere a la capacidad de todas las personas para utilizar productos y servicios financieros sin barreras, en igualdad y equidad de condiciones.
Esto incluye tanto el acceso físico a sucursales como el acceso digital a través de páginas web, aplicaciones móviles, cajeros automáticos y cualquier otro punto de interacción electrónica, en especial hoy en día.
La accesibilidad no es solo para personas con discapacidad permanente, sino para todas aquellas que puedan enfrentar barreras en algún momento. Hablamos de personas mayores, de usuarios con limitaciones temporales o circunstanciales —como una fractura que impide utilizar ambas manos, o una conexión lenta que dificulta la navegación—. La accesibilidad beneficia a toda la sociedad.
La EAA y su impacto legal en la accesibilidad financiera
La European Accessibility Act establece un conjunto armonizado de requisitos de accesibilidad aplicables a determinados productos y servicios digitales, incluyendo los servicios bancarios.
A partir del 28 de junio de 2025, todos los Estados miembros de la Unión Europea deberán aplicar plenamente esta normativa, lo que implica que bancos, aseguradoras, fintechs y demás entidades financieras deberán asegurarse de que sus plataformas digitales cumplan con criterios de accesibilidad.
La Ley 11/2023, aprobada el 8 de mayo, representa la adaptación española de la Directiva Europea, y constituye el pilar legal para garantizar la accesibilidad en productos y servicios digitales.
Esto convierte a la accesibilidad bancaria en un requerimiento regulatorio, con posibles sanciones para quienes no lo cumplan y beneficios tangibles para quienes se adelanten a su cumplimiento.
Cumplir con la EAA no es únicamente una cuestión legal. Implica una profunda transformación cultural y tecnológica que, bien gestionada, se convierte en una ventaja competitiva.
Cuando una entidad financiera apuesta por la accesibilidad digital, suele obtener resultados como los siguientes:
Hacer accesibles las webs y las apps no es una tarea menor. Implica identificar y corregir múltiples barreras que pueden dificultar el uso por parte de usuarios con distintas necesidades:
Uno de los retos más significativos son los métodos de autenticación (inicio de sesión), que pueden dificultar el acceso si se basan en recordar contraseñas complejas, resolver puzzles o interactuar con elementos inaccesibles.
Las WCAG (Pautas de Accesibilidad para el Contenido Web) recomiendan opciones como el uso de autenticación biométrica, gestores de contraseñas, o autenticación en dos pasos con códigos accesibles y copiables.
Las siguientes recomendaciones técnicas y de diseño son clave para avanzar hacia una accesibilidad financiera real y efectiva:
La accesibilidad bancaria es un componente clave de la inclusión financiera. Quienes tienen alguna discapacidad tienen el mismo derecho que cualquier otra persona a operar con su banco de forma independiente, segura y privada.
Esto no solo tiene implicaciones individuales, sino también estructurales: garantiza su participación activa en la economía, su capacidad de emprender, invertir, ahorrar y planificar su futuro.
La accesibilidad financiera también es un factor crucial para combatir la exclusión social. En una sociedad que depende cada vez más de la tecnología para acceder a servicios básicos, excluir a una parte de la población por falta de accesibilidad digital es una forma de discriminación estructural que debemos erradicar.
La implementación de la EAA exige una visión global y una planificación estratégica coherente. No basta con pequeños ajustes puntuales. Se necesita una revisión completa de las plataformas digitales, un rediseño basado en criterios de accesibilidad universal y una mentalidad centrada en el usuario.
En este proceso, el Servicio Integral de Accesibilidad digital (SIA®) de inSuit se presenta como una solución eficiente, escalable y personalizada. Este servicio incluye desde la auditoría inicial, hasta la implementación de mejoras y el seguimiento continuo, cubriendo cada una de las fases necesarias para lograr la conformidad con la EAA y garantizar una experiencia accesible para todos los usuarios.
El SIA® está especialmente diseñado para ayudar a instituciones financieras a cumplir con la normativa, sin perder tiempo ni recursos en desarrollos ineficientes. Su enfoque combina tecnología, experiencia legal y asesoramiento experto, lo que permite a las organizaciones anticiparse a la normativa y posicionarse como referentes en inclusión.
Sabemos que el cumplimiento de la EAA puede parecer un reto, pero no tienes que hacerlo solo. Descarga nuestra guía y accede a información clave para conocer cómo garantizar la accesibilidad financiera a tiempo.
La accesibilidad financiera es una obligación legal, una responsabilidad ética y una oportunidad empresarial. La próxima entrada en vigor de la EAA brinda a las entidades financieras la posibilidad de posicionarse como referentes en la construcción de una economía más equitativa, actual e inclusiva.
Hacer accesibles las webs y aplicaciones bancarias no solo es cumplir con una ley. Es permitir que millones de personas puedan gestionar su dinero con libertad, es reducir la brecha digital, es hacer realidad el derecho a la igualdad de oportunidades.Las entidades que actúen hoy estarán más preparadas para el futuro. Porque la inclusión no es una tendencia, es la base de una sociedad sostenible.